14.6.06


enojo

El bosque no era propiamente un bosque inglés, aunque se asemejaba mucho.
Pero los árboles eran más viejos, más grandes, y más fantásticos.
Strange tenía la clara impresión de que poseían su propio carácter bien definido, con amores, odios y deseos. Parecían acostumbrados a recibir el mismo trato que los hombres y las mujeres y esperar que se los consultara en las cosas que los afectaban
.
Susanna Clarke: "Jonathan Strange y el señor Norrell".

plátanos de rincón

(...)
No se si puedo yo ser mejor que una Fábula... Me proponía hablarte de un sentir que tengo, de ser yo mismo, a veces, Planta, una Planta, que piensa, pero que no distingue sus potencias diversas, su forma de sus fuerzas, y su porte de su sitio. Fuerzas, formas, tamaño, y volumen, y duración no son mas que un mismo río de existencia, un flujo cuyo licor expira en solidez muy dura, mien­tras la oscura voluntad del crecer se alza, estalla, y quiere ser voluntad de nuevo en la especie sin numero y leve de simientes. Y me siento vivir la inaudita empresa del Tipo de la Plan­ta, invadiendo el espacio, improvisando un sueño de ramaje, ahondando en pleno fango y embriagándose con sales de la tierra, mientras que al aire libre, gradualmente abre a las gradas del cielo miles de verdes labios... Tanto se hunde, como se eleva: encadena lo informe, ataca al vado; combate para cambiarlo todo en ella misma, ¡Y es esa su Idea!... Me parece, oh Titiro, participar con todo mi ser en esta meditación potente, y activa, y rigurosamente obedecida en su designio, que me ordena la Planta...
TITIRO:
¿Tu dices que la Planta medita?
LUCRECIO:
Digo que si alguien medita en el mundo, es la Planta.
Diálogo del Árbol, Paul Valéry, (traducción de Rodolfo Alonso) Colección Fénix, Ediciones del Copista, Córdoba, Argentina, 2004

Resina. Suspenso. Traición. Olvido. Todo el contenido (emocional) se vuelca en el gesto primal. La niñez devenida pantalla en el trazo. Mentiras. Agujas. Shockes de agujeros. Blancos. Condenados a cruzar como fugaces espectros en la mirada.

La rotura. Basta de hojas solamente. La Hoja. Da color al agua. Transparente. Dejo el camino conocido. El campo me pertenece. Allí. El camino marcado para mí. Saludo a los que se van. A los que vuelven con un sueño. Un árbol me llama, escucha, se sienta conmigo. Nuestra velocidad no tiene medición humana. Y sólo hablamos. roberto aguirre molilna

No hay comentarios.: